La vida es sencilla y el dinero la complica.

lunes

Pianoman no era el mentiroso

Pianoman ha hablado y ha defraudado, pero lo que ha molestado al respetable no es que fuera un desmemoriado falsario, sino lo anodino de su pose: ya puestos, hubiera estado bien un impostor inverosímil al estilo Borges o una pseudo Anastasia. Lo peor no es, sin embargo, que el tipo haya mentido, porque ya se asumía que muy bien de la azotea no estaba, sino todo lo raro que se ha publicado después: que no era un virtuoso sino que tocaba una y otra vez la misma nota, que los padres fueron los únicos que no le reconocieron en la televisión, que fue necesario gastarse una fortuna en su manutención y en pruebas médicas innecesarias... ¿Quiénes son los que no dicen toda la verdad? ¿Médicos, periodistas, parientes y conocidos...?

1 comentario:

NA+RA dijo...

Esta historia entró en este blog como algo inusual, curioso... una historia atractiva, de las que nos gusta escuchar de vez en cuando... y al final se ha convertido en un paradigma de aquello que criticamos en este blog: cómo nos quiere vender la moto todo el mundo. Aquí el que menos culpa ha tenido, ha sido el pianista.