Dave Munger recupera un reciente estudio de un profesor del departamento de Psicología la Universidad de Bath, Ian Walker, al que se le ha ocurrido estudiar cómo se comportan los conductores británicos ante los ciclistas que circulan por las calles y analizar si los cascos que llevan los ciclistas les previenen de accidentes o no.
Con lo que se ha encontrado: cuando los conductores ven a un ciclista con casco, se confían (o, mejor dicho, confían en la pericia del ciclista) y dejan una menor distancia de seguridad cuando pasan a su lado. Si no hay casco... se alejan. La diferencia: 8 centímetros... que pueden suponer un accidente... o llegar a tiempo a una reunión a las 8.30 horas en el centro de la ciudad.
Una curiosidad: Mientras hacía el experimento, el amigo Ian Walker tuvo dos pequeños accidentes... justo cuando no llevaba casco.
Conclusión: En el fondo, ninguna. Walker quería ver si es mejor llevar el casco o no cuando se monta en bicicleta en ciudad... y considera que sigue siendo necesario aunque exponga a los ciclistas a potenciales accidentes.
Para gustos... estudios.
La vida es sencilla y el dinero la complica.
jueves
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario