Con el fin de poner coto al paternalismo exacerbado de los Estados, frenar la estulticia de la industria del entretenimiento y reivindicar el sentido común de los ciudadanos, declaramos:
Que nos criamos viendo día tras día a Triki –alias monstruo de las galletas– comiéndose una ración diaria de éstas (o más bien desmenuzándolas y tirando todos los fragmentos por el suelo).
Que a pesar de ello, no desarrollamos obesidad infantil ni trastornos alimentarios que aconsejaran intervención médica.
Que Triki ha conservado su saludable color azul a lo largo de 30 años, su simpatía y el afecto de todos nosotros, quienes teníamos claro que sólo los monstruos de las galletas se alimentan exclusivamente de galletas y nunca pretendimos imitarle.
Que consideramos que hoy en día, en que la influencia moral y televisiva de Triki es sensiblemente inferior, es un absurdo variar su dieta con el infundado propósito de prevenir hábitos nutritivos nocivos en los niños.
Por tanto, exigimos:
Que se mantenga la dieta de Triki a base de galletas María, alimento que deber ser situado en la base de la pirámide alimentaria.
Que se respete la idiosincrasia de Triki.
Que no se vendan cortinas de humo a los consumidores ni se insulte su inteligencia.
Que se cree un monstruo de las coliflores o se contrate al conejo de la suerte si lo que se pretende es incrementar la dieta de Barrio Sésamo.
La vida es sencilla y el dinero la complica.
viernes
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