Al parecer, Wynn había levantado el brazo para señalar un detalle del cuadro. Y al parecer también Wynn tiene rinitis pigmentosa (sic), una afección de la vista que daña la visión periférica (sic, también). El artículo de Nick Paumgarten en The New Yorker tampoco tiene desperdicio.
Aquí en NMQH a lo que llevamos dándole vueltas es a la frase que pronunció Wynn después del fatídico codazo: 'Oh, mierda. Miren lo que he hecho. Gracias a Dios fui yo'. Nos quedamos con las últimas cinco palabras. Es curioso, al resto de los mortales, vamos, los que no somos magnates, la frase que mejor nos funciona en el 99,999999999% de los casos es: Gracias a Dios que no fui yo. Wynn tiene que dormir muy bien por las noches, incluso con 130 millones de dólares menos en el bolsillo... de momento, claro (eso lo explica todo).
Ah, y el cuadro es este:
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