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lunes

Departamento de juguetes perdidos

Debemos haber sido los últimos en enterarnos, pero la verdad es que la historia merece la pena. Por una vez, la publicidad sirve para algo...

Hay un anuncio de televisión que para promocionar un coche (¿alquien recuerda cuál?... no ¿verdad?) recurre a la historia del naufragio de un cargamento de patitos de goma. Pues bien, resulta que la historia es verídica. Hace catorce años, en 1992, un buque perdió en el Pacífico 29.000 patitos, tortugas, castores y ranas para jugar en la bañera. El oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer les ha estado siguiendo la pista por el Polo Norte y el Atlántico, y asegura que algunos terminarán llegando a España algún día. A través de un antiguo artículo en El Mundo/The Guardian nos enteramos también que gracias a Ebbesmeyer hoy se conocen mejor las corrientes oceánicas.

Lo que nos ha llamado la atención ha sido que, además de este cargamento, ha habido más juguetes 'perdidos' en el océano:


1990: 80.000 zapatillas deportivas Nike, cayeron en la mitad del Pacífico norte.

1994: 34.000 guantes para hockey en el hielo cayeron del Hyundai Seattle.

1994: 20.000 sandalias cayeron en el Pacífico cerca de las costas de Hawai.

1996: 100.000 chanclas de caucho cayeron en el pacífico Sur durante una tormenta.

1997: 5 millones de piezas de Lego cayeron al Atlántico del carguero Tokio Express.

1997: 500.000 latas de cerveza cayeron al Pacífico de un carguero chino.

2002: 33.000 zapatillas deportivas Nike cayeron cerca de las costas de California.


Menos las cervezas, el resto tiene que terminar apareciendo más tarde o más temprano. Lo mejor sería que las piezas de Lego llegaran ya montadas en construcciones imposibles a las costas de algún país. Si te encuentras alguno, comunícalo enseguida.

Por cierto, el artículo de David Adam no tiene desperdicio. Comienza así:

Como todas las buenas historias, ésta comienza en una furiosa noche de tormenta. En enero de 1992, un buque de carga que había zarpado de Hong Kong rumbo a América se averió en medio del Océano Pacífico, cerca de la línea internacional de cambio de fecha, donde se separan los hemisferios occidental y oriental. Por culpa de los violentos balanceos del barco, algunos de los contenedores se desprendieron de sus amarras y cayeron al agua. Uno de ellos se abrió vertiendo su cargamento: 29.000 juguetes de plástico para la bañera.

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