Un reciente estudio acaba desvelar que las marcas que lanzan los anuncios (sea cual sea el soporte) quedan almacenados en una zona muy concreta de nuestros cerebros. Acabamos de leer esta historia en Newscientist.com y nos acaba de dar un escalofrío. Este descubrimiento, se explica en el artículo, nos acerca cada vez más a conocer cómo responden nuestros cerebros a los impulsos comerciales con los que nos bombardean a diario las empresas.
Y, decimos nosotros, ¿de verdad es necesario investigar en este campo? Que asociamos las cosas (dicho a lo basto), ya lo dejó clarito Paulov. ¿De verdad hay que ir en esa dirección? Mucho nos tememos el mal uso que se dará a esa investigación, porque, vamos a ver, ¿qué buen uso se le puede dar a esa investigación? ¿Se le ocurre a alguien?
El laboratorio donde se llevan a cabo estas investigaciones tiene un nombre que también da escalofríos: Human Reward Learning Laboratory. En fin.
La vida es sencilla y el dinero la complica.
miércoles
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