Otro comentario verde.
Al parecer, Utah ha dado algo más que mormones. En un rato de esparcimiento he leído un artículo curioso en Nature.com sobre como una especie de dinosaurio que se creía exclusivamente vegetariano, el Falcarius utahensis, resulta que había sido antes un predador que se zampaba a otros bichos y que, ocasionalmente, los condimentaba con plantas.
El Falcarius utahensis pertenece a un grupo de dinosaurios denominado therizinosaurios, un simpático colectivo animal que se creía que sólo se alimentaba de plantas. Pues bien, antes de hacerse vegetariano y llevar una vida de lo más verde, y hasta que un meteorito gigante la convirtió en negra, conoció los pecados de la carne.
A partir de sus restos óseos (un pedazo del cráneo por aquí, parte de una pelvis, por allá y algunas costillas por el otro), un equipo de investigadores del Utah Geological Survey de Salt Lake City han concluido que, además de medir cuatro metros erguido, nuestro pequeño amigo debía haber sido antes carnívoro. La razón por la que me ha llamado la atención el artículo es que han llegado a esta conclusión analizando su pelvis y sus piernas, “que sugieren que estaban adaptadas para correr detrás de presas”, según explica uno de los investigadores.
(Hasta aquí la parte seria.)
Cuál ha sido mi sorpresa al leer esas declaraciones. Y digo yo... Y no puede ser, planteo yo desde mi ignorancia, que sencillamente el pobre Falcarius utahensis fuese aficionado a correr, como una forma primitiva de deporte animal. Supongamos que tú eres un dinosaurio y además eres vegetariano. Hace millones de años no había muchas cosas con las que entretenerse. Además, ser vegetariano no estaba bien visto (sobre todo por otros dinosaurios amantes de la carne). No sé tú, pero yo me habría aficionado a algo, al footing, por ejemplo. Con tanto campo era una opción más.
Vamos que los investigadores esos podrían estar equivocados, ¿no?
La vida es sencilla y el dinero la complica.
miércoles
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